WITTGENSTEIN

Reseña

Federico Penelas (comp.) WITTGENSTEIN, Galerna, 2020 (336 páginas)

Nicolás Edelcopp

Estudiante de Sociología de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8778-368X | nico.edelcopp.1998@gmail.com


El Wittgenstein de Federico Penelas es uno de los títulos publicados por la editorial Galerna dentro de la colección “La revuelta filosófica”, dirigida por Lucas Soares. El libro se divide en dos partes: un estudio preliminar, primero, y una selección de textos del filósofo austríaco, después. El estudio preliminar consta de cuatro partes. La primera, “La revuelta de Wittgenstein”, hace un breve recorrido por la vida del autor deteniéndose en sus puntos liminares: la revuelta contra su padre, Karl, al decidirse por dejar de lado sus estudios de ingeniería y adentrarse en el mundo filosófico-analítico de Cambridge; la revuelta contra el estilo y la manera de hacer filosofía configurada por el canon de dicho submundo académico; y por último, la revuelta contra sí mismo (más conocida como la distinción entre un “primer” y un “segundo” Wittgenstein), al regresar a Cambridge luego de un silencio filosófico de diez años, con las miras puestas en dinamitar su principal producción teórica hasta el momento, el Tractatus Logico-Philosophicus. A lo largo del libro, Penelas conecta y traza puentes entre la biografía del filósofo y su producción teórica. Esto se evidencia en los apartados segundo y tercero del estudio preliminar (“Una escalera trágica” y “La comedia de los juegos”, respectivamente, en referencia a las dos etapas teóricas del lógico), donde el autor expone la primera parte de la producción teórica wittgensteiniana como signada por la tragedia, en contraposición con la segunda, ya bajo la marca lúdico-cómica. Penelas, además de filósofo, es dramaturgo, por lo cual la decisión de presentar al “jardinero austríaco” de esta manera no parece librada al azar, sino un recurso –una suerte de artilugio retórico– para pensar el pasaje del Tractatus a las Investigaciones filosóficas.

Penelas, siguiendo a Hayden White, caracteriza el modo en el que está constituida la trama tractariana como propiamente trágica; los esfuerzos del texto y del propio Wittgenstein por clarificar la estructura representacional del lenguaje sucumben ante la demanda final de silencio que pide callar lo que no puede ser dicho, y que, sin embargo, insiste en ser dicho y perdura en esa insistencia. En este segundo apartado, si bien está presente la imagen del filósofo solitario escribiendo desde la trinchera (imagen que opera por oposición con el Wittgenstein de la comedia y los juegos del lenguaje, en lo que a las condiciones materiales de la producción teórica refiere), el autor rastrea las influencias literarias y filosóficas que influyen en la elaboración del Tractatus, que van desde Tolstói, Schopenhauer, Kierkegaard, Dostoievski, y por supuesto, Frege y Russell, por lo que se deja entrever que, aun en la absoluta desolación de la trinchera, Wittgenstein no escribe solo.

El apartado tercero, “La comedia de los juegos”, comienza relatando la anécdota del “chiste italiano”, por la cual Piero Sraffa, en una reunión, interrogó en un sentido jocoso al austríaco por la estructura lógica del gesto que estaba realizando (recorrer su barbilla con la punta de sus dedos). Este “chiste” hizo tambalear la teoría pictórica del significado desplegada en el Tractatus y marcó un parteaguas en la aproximación wittgensteiniana al lenguaje, que pasaría ahora a centrarse en el paradigma de los juegos del lenguaje y las formas de vida. En este capítulo se da cuenta de la relevancia que tuvieron Frank Ramsey y Piero Sraffa en el re-acercamiento y la vuelta de Wittgenstein a Cambridge. Pero la importancia de Ramsey y Sraffa va más allá de propiciar la vuelta del autor del Tractatus al mundo de la discusión filosófica académica: su influencia se plasma en el pensamiento y en la aproximación lúdica al lenguaje del segundo Wittgenstein. Penelas reconstruye aquí el nexo Gramsci-Sraffa-Wittgenstein, que será fundamental en la incorporación de la noción del lenguaje como praxis en el entramado conceptual del lógico vienés, presente en primer término en el pensador marxista italiano. Las discusiones con Ramsey y Sraffa emplazadas en los claustros universitarios proyectan el pasaje de la soledad de la trinchera a los intercambios discursivos –naturalmente, realizados en compañía de otros–. Los cambios sucedidos en la biografía de Wittgenstein (sus revueltas) no son inocuos en lo que respecta a su pensamiento; este se ve afectado y moldeado por ellos.

En el corpus central del estudio preliminar –apartados segundo y tercero– se exponen los principales aportes y claves del pensamiento de los “dos” Wittgenstein de manera tal que hace posible, y por momentos ameno, el acercamiento del lector recién iniciado o en vías de incursionar en el pensamiento wittgensteiniano, todo ello sin perder rigor explicativo. La selección de textos realizada por Penelas es muy acertada y acompaña bien a las ideas desarrolladas en el corpus central del libro. Por último, el epílogo “Una vida maravillosa”, concluye con una pequeña y sentida recapitulación de la vida del filósofo, haciendo énfasis en los pasajes e interregnos de su vida y obra, que para este punto resultan inescindibles.

El Wittgenstein de Penelas es un libro amable para los no expertos, ya que introduce –en un lenguaje llevadero– al lector lego en el complejo mundo lógico-analítico y sus discusiones, sin la necesidad de contar con un paso previo por autores como Russell o Frege. Al enmarcar el áspero pensamiento del primer Wittgenstein en este paradigma, trazando sus conexiones e indicando qué toma y qué impugna el autor austríaco de cada filósofo, se hace posible asir e incorporar las ideas centrales del Tractatus Logico-Philosophicus sin mayores dificultades. La división de las tesis centrales del Tractatus en los parágrafos El problema del decir (¿cómo impedir un regreso infinito al explicar la unidad y estructura de la proposición elemental evitando comprometerse con que haya existentes referentes de expresiones que son en apariencia otros nombres que realizan el enlace de los nombres dentro de la proposición?), El problema del decir lo que no es (¿cómo significar lo falso?), El problema del decir lo compuesto (¿cómo explicar el significado de las proposiciones complejas que incluyen signos lógicos conectivos o cuantificadores?) y El problema del decir lo necesario (¿cómo entender la necesidad lógica?) y las respuestas a estos problemas conspiran a favor de la comprensibilidad de la propuesta tractariana. Además, como un plus, el autor incorpora y cita un corpus bastante extenso de bibliografía de la comunidad filosófica hispana, lo que facilita mucho el recorrido para el lector interesado en profundizar en el pensamiento wittgensteniano y en su tratamiento desde las perspectivas filosóficas hispanoamericanas. Esta misma operatoria se repite para explicar la segunda etapa del pensamiento del filósofo: se presentan el contexto y las conexiones intelectuales que influyen en la ruptura con su primera propuesta y en el giro que adoptan sus ideas; luego, con similar progresión didáctica, se exponen, desarrollan y articulan los conceptos de juegos del lenguaje, familias, y reglas, lo que favorece a una comprensión integral e integrada de la concepción pragmática del segundo Wittgenstein.

Se puede decir que el giro pragmático, sin riesgos de exagerar, marcó a todas o casi todas las propuestas teóricas filosóficas y sociológicas de la segunda mitad del siglo XX, por lo que este libro se presenta como un gran insumo para entender las tesis centrales –así como los desarrollos y derroteros– del autor que dio el puntapié inicial a esta revuelta. En suma, el libro de Penelas es un valioso aporte para pensar y comprender las ideas de uno de los autores más importantes e influyentes del siglo pasado.