María Gabriela Russo
CONICET - Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Ciencias Antropológicas (ICA), Sección Antropología Biológica, Argentina
ORCID: 0000-0002-5727-4956 | mgrusso@protonmail.com
Francisco Di Fabio Rocca
CONICET - Universidad Maimónides, Centro de Ciencias Naturales, Ambientales y Antropológicas, Argentina
ORCID: 0000-0001-9749-9757 | fdifabiorocca@gmail.com
Julio Augusto Spairani
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Maestría en Explotación de Datos y Descubrimiento del Conocimiento, Argentina
ORCID: 0009-0007-0881-9271 | jspairani@gmail.com
Marina L. Sardi
CONICET - División Antropología, Museo de La Plata, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Argentina
ORCID: 0000-0003-3614-8341 | msardi@fcnym.unlp.edu.ar
Palabras clave
sistema científico | revistas científicas | desarrollo disciplinar | antropología biológica | Argentina
Recibido: 31 de enero de 2024. Aceptado: 5 de marzo de 2024.
Resumen
En este trabajo caracterizamos la trayectoria de la Revista Argentina de Antropología Biológica (RAAB) teniendo en cuenta su función dentro de la disciplina local y el contexto global de publicaciones científicas. Tomando un enfoque principalmente autoetnográfico, basándonos en nuestras experiencias como editora, autores, revisores de la RAAB y miembros de la comunidad de antropología biológica del país, analizamos la historia de la revista en un marco de reflexión sobre la propia práctica profesional. Nos focalizamos en las características que permitieron el surgimiento y consolidación de la RAAB, y en los desafíos y tensiones que se generaron frente a las exigencias del sistema científico global y la indexación en distintos repositorios, particularmente aquellos relacionados con las grandes editoriales con fines de lucro. Buscamos realizar un aporte a las discusiones existentes en torno al sistema hegemónico de publicaciones científicas y el rol de las academias en las periferias.
Abstract
In this study we characterize the trajectory of the Revista Argentina de Antropología Biológica (RAAB) taking into account its role within the local discipline and the global context of scientific publications. Taking primarily an autoethnographic approach, based on our experiences as editors, authors, reviewers for the RAAB, and members of the biological anthropology community in Argentina, we analyze the history of the journal within a framework in which we reflect on our own professional practice. We focus on the characteristics that allowed the emergence and consolidation of the RAAB, and on the challenges and tensions that were generated in the face of the exigencies of the global scientific system and its indexing in different repositories, particularly those related to the mainstream for-profit publishers. We aim to contribute to the existing discussions on the hegemonic system of scientific publications and the role of the academies from the peripheries.
Keywords
scientific system | scientific journals | disciplinary development | biological anthropology | Argentina
Introducción
Treinta años atrás, entre el 21 y 23 de septiembre de 1993, se reunían en la ciudad de La Plata (Argentina) investigadores y docentes de diversas universidades nacionales argentinas en las Primeras Jornadas Nacionales de Antropología Biológica. Esta reunión era la resultante de numerosos encuentros que muchos de ellos venían sosteniendo desde la década de 1980 con el propósito de intercambiar experiencias y opiniones en torno de una disciplina tan transversal y, a la vez, tan afectada por los acontecimientos políticos globales y locales. Aquella reunión de septiembre fue fundacional también porque se organizó la Asociación de Antropología Biológica Argentina (AABA), llamada entonces Asociación de Antropología Biológica de la República Argentina, cuyos objetivos eran
1) Estimular los estudios e investigaciones conducentes al progreso y difusión de la Antropología Biológica u otras iniciativas que tiendan a darle un mayor aprovechamiento en beneficio de la Asociación; 2) Promover la transferencia de las investigaciones bioantropológicas al desarrollo de los sectores público y privado, con el fin de satisfacer sus demandas económicas y sociales; 3) Defender los intereses de los profesionales asociados a la institución y promover su inserción en diferentes ámbitos laborales, públicos y privados; 4) Propulsar la enseñanza de la antropología biológica conforme a tendencias modernas de la docencia; 5) Propender a la formación en el área de la antropología biológica para el ejercicio de la docencia, la investigación, la extensión y la práctica profesional y 6) Publicar la revista científica “Revista Argentina de Antropología Biológica” la cual constituye el órgano oficial de difusión de la Asociación. (Cesani et al., 2014: 32)
Los primeros cinco
objetivos se centran en la práctica profesional de la antropología biológica.
Esta subdisciplina antropológica se define como el estudio de la evolución y la
variación biológica de la especie humana en el pasado y el presente (Madrigal
Díaz y González-José, 2016), incorporando elementos de ciencias sociales y
humanas, genética, estadística, demografía, ecología, epidemiología,
endocrinología, paleontología, biología evolutiva, primatología, medicina y
nutrición. Aunque se trabaje sobre temáticas locales, el alcance de los
resultados puede ser global. En Argentina se desarrolla en un contexto
particular, dado que muchas universidades ofrecen la formación en antropología
social y en arqueología, pero la orientación en antropología biológica solo
está fuertemente desarrollada en la Universidad Nacional de La Plata.[1] Dicha falta de
especialización académica no impidió que existieran grupos trabajando
sostenidamente en varias jurisdicciones como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
y las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Chubut, Córdoba, Jujuy, Mendoza y
Salta, entre otras. Los grupos de trabajo se han conformado no solo por
antropólogos y antropólogas, sino también por personas formadas en distintas
ramas de la medicina, biología, bioquímica y odontología. Según el relevamiento
de Cesani et al. (2014), las principales líneas de investigación
desarrolladas por los miembros de la AABA son los estudios de biología
esqueletal y dentaria, estudios antropométricos, de crecimiento, desarrollo y
nutrición, genética de las poblaciones humanas pasadas y presentes, antropología
forense, bioarqueología y primatología. Algunas líneas están más consolidadas
que otras, pero se trata siempre de una disciplina transversal y altamente
dinámica, que entrelaza métodos y espacios de trabajo diversos (Dejean et al.,
2022). Más allá de su diversidad intrínseca, se trata de una comunidad poco
numerosa en Argentina en comparación a las de la arqueología o la antropología
social. En otros países sudamericanos tiene orígenes bastante similares, pero
el devenir de las instituciones y grupos de investigación muestra trayectorias
particulares, fuertemente marcadas por el contexto político y social (Vega et
al., 2021).
El sexto objetivo
planteado por la Asamblea de 1993 refiere a la creación y publicación de la Revista Argentina de Antropología Biológica,
foco del presente artículo. Esta revista (en adelante, RAAB) tendría como
editores principales a Héctor Pucciarelli (de la Universidad Nacional de La
Plata) y a Francisco Raúl Carnese (de la Universidad de Buenos Aires), ambos
miembros fundadores de la AABA, y publicaría su primer número en 1996. Hasta
ese momento, los ámbitos de publicación para quienes trabajaban en el campo de
la antropología biológica eran diversos. Por una parte, estaban las revistas
antropológicas de carácter más general, como Runa. Archivos para las
Ciencias del Hombre, Relaciones, Comechingonia, o los Anales
de Arqueología y Etnología. Por otra parte, se publicaba en revistas
locales vinculadas a las ciencias humanas, la medicina o las ciencias
naturales; por ejemplo, Archivos de la Sociedad Argentina de Pediatría, Revista
de Ciencias Morfológicas, Revista del Museo de La Plata, entre
otras. Finalmente, estaban las revistas de otros países, entre las que se
cuentan aquellas que publicaban en español, como Chungará. Revista de
Antropología Chilena, o la Revista Brasileira de Genética y las que
publicaban en inglés y consagradas internacionalmente, como American Journal
of Physical Anthropology,[2] aunque en la práctica este
era un ámbito, en aquel momento, inaccesible para la mayoría.
En una nota celebratoria del primer volumen, los editores anunciaban que la RAAB se publicaría cada dos años,
pero con el objetivo próximo de incrementar su frecuencia y de ampliar las contribuciones a todo aquel que investigue en antropobiología o tema afín, con la única exigencia de la rigurosidad metodológica que imponga a sus procedimientos y de la originalidad inobjetable que emane de sus resultados. ( Revista Argentina de Antropología Biológica , 1996: 3)
Aquel primer volumen
contenía trabajos originales que habían sido presentados como ponencias en
aquellas Primeras Jornadas. En total fueron 20 artículos de 45 autores, quienes
estaban insertados mayoritariamente en instituciones argentinas. El Comité Editorial
estaba constituido por diez socios fundadores de la AABA, insertos en su
totalidad en instituciones argentinas. En el mes de julio de 2023 la RAAB
completó su vigésimo quinto volumen, presentando 13 artículos entre el primer y
el segundo número (seis y siete, respectivamente). Cuenta con un equipo de 26
editores asociados, encargados de dirigir el proceso de revisión por pares de
cada artículo, de los cuales solo nueve pertenecen a instituciones argentinas y
al menos la mitad de estos no han mantenido un vínculo societario con la AABA.
Es una revista de acceso abierto “diamante” (Fuchs y Sandoval, 2013), es decir
que publica los artículos directamente en acceso abierto sin cargos tanto para
autores como para lectores. Actualmente, se encuentra disponible solo en
versión en línea (e-ISSN 1853-6387) y publica dos números por año, aceptando
manuscritos en idioma español, portugués e inglés. Todos los trabajos siguen el
proceso de revisión por pares. La RAAB está indexada en bases de datos
nacionales (SeDiCI, CAICYT-CONICET) e internacionales, tanto pertenecientes a
las redes regionales y globales de acceso abierto (DOAJ, ERIH PLUS, LATINDEX,
RedALyC, SciELO) como a las mayormente vinculadas a los grandes conglomerados
editoriales privados (Crossref, Scopus, HOLLIS Catalog, EBSCOHOST, SCIMAGO).
El contraste presentado,
al cabo de 27 años de trayectoria, está lejos de ser lineal o gradual. Está
atravesado, por una parte, por factores endógenos, por las particularidades de
la comunidad de personas que ejerce investigación y/o docencia vinculada directa
o tangencialmente a la antropología biológica, principalmente en el ámbito de
habla hispana. Por otra parte, la trayectoria de la RAAB está afectada por
factores exógenos comunes a toda comunidad de práctica científica y
principalmente asociados a los cambios en la industria editorial y las formas
de comunicación científica. El artículo original revisado por pares se
consolidó como el principal medio de comunicación científico, frente a otras
formas de divulgación del conocimiento, y tanto las instituciones como los
investigadores son evaluados principalmente por la cantidad de papers
publicados y por las revistas en las que estos se publican (Beigel y Salatino,
2015; Cátedra Libre Ciencia, Política y Sociedad, 2018; Guédon, 2011; Vessuri et
al., 2013).
De la mano con este
ascenso del paper, numerosas universidades, instituciones o asociaciones
científicas vienen creando en las últimas dos décadas sus propios órganos de
publicación, lo que, según Salatino (2019), ha jugado un rol destacado en la
institucionalización de las ciencias en América Latina, ya que representa la
maduración de una disciplina y la consolidación de líneas teóricas afincadas en
políticas editoriales y es un instrumento de circulación local de conocimiento
científico. Numerosos autores (e.g. Ferrero et al., 2023; Guédon,
2011; Martinovich et al., 2014; Red PLACTS, 2022; Vessuri et al.,
2013) ya han señalado la tendencia a internacionalizar la circulación del
conocimiento científico y el modo diferencial en que esto se produce en
revistas cuyo idioma dominante de publicación no es el inglés y en cómo afecta
el proceso de edición y circulación de revistas académicas en los últimos años.
Esto ha derivado en distintos circuitos editoriales que Beigel (2014) y Beigel
y Salatino (2015), analizando el caso de nuestro país, clasifican en:
a) circuitos de publicación autorreferenciados como “corriente principal o mainstream ”, de suscripción cerrada y onerosa, sostenidos por grandes empresas de indexación (ISI-WoS Thomson Reuters, SCOPUS); b) Circuitos transnacionales, portales y repositorios en Acceso Abierto (DOAJ, Dialnet, SSRN, Arxiv, entre otros); c) Circuitos regionales en Acceso Abierto (Latindex, SciELO, CLACSO, RedALyC, AJOL, SIDALC, BVS, entre otros), y d) Circuitos locales basados en las publicaciones que no están indexadas, que se publican solo en papel y por lo general no tienen circulación fuera de límites locales. (Beigel y Salatino, 2015: 16)
Entendemos a estos
circuitos pertinentes para describir los distintos momentos en la historia de
la RAAB, principalmente teniendo en cuenta que como categoría analítica no son
estancos ni mutuamente excluyentes.
Quienes escribimos este
trabajo hemos actuado como autores y evaluadores en la RAAB en diversas
oportunidades. Gabriela Russo es bióloga egresada de la Universidad de Buenos
Aires (UBA); desde 2012 realiza investigaciones en antropología biológica junto
al equipo de trabajo fundado por Francisco Raúl Carnese; es socia de la AABA
desde 2013 y se ha desempeñado como revisora de artículos para la RAAB. Julio
Spairani es magíster en ciencias de datos (UBA), realizó su tesis bajo la
dirección de Gabriela Russo en la cual se desarolló una herramienta para el
análisis de redes de coautoría aplicada específicamente a la RAAB en sus
primeros 20 años de existencia (Spairani 2021). Francisco Di Fabio Rocca es
antropólogo egresado de la UBA; en 2008 ingresó como docente en la cátedra de
Antropología Biológica y Paleoantropología dirigida en ese momento y hasta 2019
por Francisco Raúl Carnese y desde ese mismo año es miembro de la AABA; en 2023
se incorporó como editor asociado de la RAAB. Marina Sardi es antropóloga
egresada de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); es discípula de Héctor
Pucciarelli, con quien compartió actividades de investigación hasta el retiro
de este en 2015. Durante el período 2014 a 2022 fue, junto con Graciela
Bailliet, editora jefa de la RAAB.
El objetivo del trabajo es describir y
caracterizar la trayectoria de la RAAB teniendo en cuenta su rol dentro de la
disciplina local y el contexto internacional de las publicaciones científicas y
su industria editorial, formado por un circuito cuyo idioma predominante es el
inglés y cuyas lógicas se basan principalmente en la clasificación por métricas
(Beigel, 2014; Ferrero et al., 2023; Guédon, 2011; Martinovich et al.,
2014; Red PLACTS, 2022; Vessuri et al., 2013). En una primera parte,
describimos las características de la RAAB en sus inicios y su evolución a lo
largo de los años posteriores enfocándonos en el rol de sus fundadores en las
publicaciones y la conformación de los grupos de editores, tomando en cuenta
algunos datos cuantitativos obtenidos mediante la creación y análisis de una
red de coautoría (Spairani et al.,
2018; Spairani, 2021) y otras herramientas provenientes de la ciencia de datos.
En una segunda parte, presentamos los cambios llevados a cabo para incorporar a
la RAAB en el circuito mainstream que se fue imponiendo para las
revistas científicas, focalizando en los desafíos que se presentaron y en las
tensiones surgidas respecto a dinámicas previas. Finalizamos con algunas
reflexiones acerca del impacto y consecuencias que pudieron tener estos
cambios, analizando el panorama actual y planteando interrogantes respecto al
futuro. Para cumplir con estos objetivos seguimos en este estudio un enfoque
autoetnográfico con el propósito de lograr un análisis reflexivo de la propia
práctica disciplinar, en base a nuestra experiencia como editora, autores,
evaluadores de la RAAB y miembros de la comunidad de antropología biológica en
nuestro país. Dicha autoetnografía será acompañada por la revisión de fuentes
tales como: los 25 volúmenes publicados de la RAAB, las actas de asambleas de
la AABA y los espacios de comunicación pública de la AABA y la RAAB (página web
y perfiles de redes sociales).
Es importante remarcar que
en este trabajo se pretende puntualizar en algunos aspectos de la historia de
la RAAB basándonos en nuestra propia experiencia, recordando que no constituye
la voz oficial de la Asociación ni de la totalidad de sus integrantes. En este
sentido, nuestro compromiso ontológico se centra en la experiencia propia y en
los registros de las fuentes consultadas como testigos de una parte de esa
historia. Como toda (auto)etnografía, el ejercicio que planteamos nos presenta
el desafío de reconocer generalidades a partir de singularidades y también
aceptar las formas en las que la experiencia personal influye en nuestro
trabajo, reconociéndolo, al mismo tiempo, como producto y como proceso (Ellis et
al., 2010). Al intentar escribir motivados por y tomando como
referencia las experiencias personales buscamos prestar especial atención y
cuidado a, por un lado, no construir un relato meramente elogioso y hasta
panglosiano, en el que el presente de la RAAB justificase su trayectoria; pero,
por otro lado, no caer tampoco en el extremo opuesto de la autocrítica
injustificada. Queremos sumar nuestro análisis a las tendencias de reflexión
sobre la propia práctica profesional científica en el rol editorial (e.g.
Balbi, 2023; Barrio et al., 2023; Benedetti, 2023; Ferrero et al.,
2023; Lopes y Da Silva, 2020; Martinovich et al., 2014; Rodríguez y
Gerrard, 2022). Nos proponemos describir las tensiones que existieron a lo
largo de todo el proceso de institucionalización y profesionalización de la
revista y la disciplina, particularmente entre aquellos factores que fueron
necesarios para el surgimiento y consolidación de la RAAB como órgano de
difusión de la AABA y los requisitos posteriores asociados a la obtención de
mayor visibilidad y difusión para la revista, junto con los requerimientos
relacionados a los sistemas de evaluación de trabajadores e instituciones
científicas.
Inicios y consolidación de la RAAB
Tal como se especifica en
la editorial del primer volumen, la RAAB había sido pensada para ser publicada
cada dos años, conforme se realizaban las Jornadas Nacionales de Antropología
Biológica, y “ampliar las contribuciones a todo aquel que investigue en
antropobiología o tema afín” ( Revista Argentina de Antropología Biológica,
Nota Editorial, 1996: 3). Empero, el segundo volumen se publicó recién en
diciembre de 1999, con trabajos correspondientes a ponencias que se habían
presentado en las Terceras Jornadas Nacionales realizadas en Rosario en 1997,
así como en el 5to Congreso de la Asociación Latinoamericana de Antropología
Biológica, realizado en La Habana (Cuba) en 1998, espacio al que venían
asistiendo asiduamente investigadores argentinos. Al igual que en el primero,
el segundo volumen contenía gran cantidad de artículos (23 en total) y de
autores, con muchos de ellos participando en varios trabajos. Vale mencionar
aquí que otra particularidad de la disciplina, que se mantiene a lo largo de
los años y en distintas revistas, es que las coautorías se organizan de una
manera similar a las publicaciones de ciencias naturales y, por ende, diferente
a las de las humanidades y ciencias sociales. En particular, el promedio de
autores por artículo para la RAAB según un análisis de sus primeros 20 años de
existencia es relativamente alto (3,68), en consonancia con publicaciones del
ámbito de las ciencias biomédicas (Spairani, 2021). Los manuscritos suelen
responder a las dinámicas de los equipos de investigación y se incorporan todos
quienes hayan colaborado de algún modo. En el caso de los estudiantes o
investigadores jóvenes, además, suelen participar con sus directores.
A partir del año 2001, la
RAAB comenzó a ser publicada anualmente y solo parte de los trabajos
correspondieron a ponencias presentadas en las Jornadas previas. La estrecha
relación con las Jornadas continuó durante unos años: los volúmenes del 2003,
2005 y 2007 publicaron un número con trabajos en formato paper y otro
que compilaba los resúmenes de las Jornadas Nacionales realizadas en Catamarca,
Córdoba y Salta, respectivamente (https://asociacionantropologiabiologicaargentina.org.ar/historia/; última consulta: 25/04/24).
Siguiendo la clasificación
de Beigel y Salatino (2015) podemos enmarcar a estos años de la RAAB como
perteneciente al circuito local de “publicaciones que no están indexadas, que
se publican solo en papel y por lo general no tienen circulación fuera de límites
locales” (Beigel y Salatino, 2015: 16), o lo tienen de modo muy limitado. La
RAAB cumplía con las tres características.
Desde el año 2001, se
observa una reducción en la cantidad de artículos publicados por volumen
(manteniéndose entre seis y diez hasta la actualidad) y, en los primeros años,
no hubo un aumento en la cantidad de “nuevos” autores. Más bien, puede
considerarse que en los años subsiguientes muchos de los trabajos publicados en
la RAAB correspondieron a los mismos autores que participaron en los primeros
momentos, o bien, a autores “nuevos” pero trabajando en coautoría con quienes
ya habían publicado, tratándose posiblemente de investigadores jóvenes que se
fueron incorporando a los distintos grupos de trabajo en la disciplina. Si
consideramos las autorías de los trabajos originales, observamos que los mismos
editores responsables (o directores, como se autodenominan a partir del volumen
2), Pucciarelli y Carnese, fueron coautores del 34,9% de los trabajos
publicados en la RAAB en sus primeros dos volúmenes (con ocho y siete artículos
en coautoría con otros 23 y 21 coautores, respectivamente). Asimismo, todos los
miembros del comité editorial o colaboradores eran mayoritariamente socios de
la AABA y publicaron artículos en uno o ambos volúmenes.[3]
Vemos entonces que este impulso inicial de la revista y su mantenimiento en los
primeros 18 años están fuertemente asociados a la participación de sus editores
como autores de los trabajos publicados.
Para el período de los primeros 20 años de existencia de la RAAB se realizó un análisis bibliométrico (Spairani, 2021), utilizando herramientas de minado de datos y desarrollo de aplicaciones en lenguaje R (R Core Team, 2023), y se obtuvo una red de coautoría[4] que muestra algunas características para destacar. En primer lugar, los fundadores y directores durante casi 20 años constituyen los componentes principales de la red de coautores, lo que se refleja en el porcentaje señalado arriba. Esto es, en la totalidad de la red de coautorías de la RAAB en sus primeros 20 años de existencia existe una “subred” conformada por las conexiones (a través de colaboraciones) entre los autores fundadores y aquellos que luego fueron incorporándose a lo largo de los años (Spairani, 2021). En esta gran subred o componente se encuentran conectados la inmensa mayoría de los autores que publicaron en la revista durante ese período (Figura 1). Es decir, observamos en la comunidad de autores de la RAAB (y, equivalentemente, de miembros de la comunidad de antropología biológica en el país y/o socios de la AABA) un apoyo hacia la revista y un esfuerzo por contribuir a su desarrollo y continuidad que es conjunto y se manifiesta en autorías compartidas. En segundo lugar, tanto las propiedades de la red de coautorías como la cantidad total de autores y la existencia de muchas colaboraciones entre ellos reflejan la característica de comunidad relativamente pequeña que tiene el grupo de personas que conforman la disciplina en el país y han publicado en la RAAB durante sus primeros 20 años. En términos de Lazzari (2022) y Balbi (2023), bien puede entenderse que durante este período la RAAB fue efectivamente una house organ de la AABA, fundamentalmente en el sentido de expresar “tramas de investigadores” asociados a la institución publicante.[5]
Figura 1. Red de coautoría de la RAAB para el
período 1996-2016. Se destacan el componente mayor y los nodos correspondientes
a Héctor Pucciarelli (1) y Francisco Raúl Carnese (2).
Fuente: elaboración propia a partir de Spairani (2021).
La cantidad de evaluadores
de los primeros volúmenes de la RAAB dependió de la cantidad de manuscritos
evaluados, tratándose en su mayoría de socios de la AABA y siendo los restantes
colegas con los que se compartía filiación laboral y temática afín. El rol de
los socios de la AABA y, principalmente, quienes formaban parte de los grupos
de trabajo de los directores de la RAAB se manifestó también en el trabajo de
gestión editorial, quienes se ocupaban de recibir los manuscritos, reenviarlos
a evaluadores y, una vez evaluados, a los autores a través del correo común
–antes de que se adoptara el correo electrónico–; frecuentemente realizaban
correcciones de estilo e interactuaban con el personal de la imprenta que
confeccionaba distintos números.
Este trabajo editorial fue
modificándose a lo largo de los años. En el año 2010 se nombró un cuerpo de
editores asociados que se encargaban de la tarea de designar revisores,
enviarles el trabajo y hacer una recomendación a los editores jefes, siendo estos
quienes tomaban la decisión final. El principal problema por aquellos años era
la baja cantidad de trabajos recibidos, aspecto que buscaba ser subsanado
mediante invitaciones especiales a investigadores de renombre, pero esto no
siempre traía los resultados esperados. En 2011, 15 años después de su
surgimiento, la RAAB lograba sus primeras indexaciones relevantes, a saber: el
Núcleo Básico de Revistas Científicas (CAICYT-CONICET), el Sistema Regional de
Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, Caribe,
España y Portugal (LATINDEX) y el Directory of Open Access Journals (DOAJ), con
la intención de volverla un sitio atractivo para publicar, que aportara un
valor agregado a los autores –tal como ocurre cuando se publica en revistas de circulación
internacional– y que cumpliera con los estándares esperados para las revistas
reconocidas en el ámbito académico. Los miembros de la Asociación que
realizaban tareas en la RAAB se capacitaron en distinto grado para poder ir
afrontando los desafíos que imponían los distintos repositorios. Todo esto no
era ajeno a los cambios en los procesos de evaluación de los investigadores y
becarios en universidades y agencias de investigación, ya que al número de
publicaciones se le fue sumando la calidad (medida en términos de métricas) de
las revistas en que los artículos eran publicados.
En el año 2012, el Portal
de Revistas de la Universidad Nacional de La Plata (desarrollado por el
Proyecto de Enlace de Bibliotecas y Servicio de Difusión de la Creación
Intelectual –PREBI-SeDiCI–) ofreció espacio para el funcionamiento on-line
de la revista, en el cual permanece hoy en día. En un comienzo, el sitio de la
RAAB funcionaba más bien como un medio de divulgación de la revista y como un
repositorio, y se esperaba promover el envío, evaluación y publicación
electrónica de los trabajos, de la mano de la sanción en 2013 de la Ley de
Repositorios Digitales Institucionales de Acceso Abierto.[6]
Con este acople al repositorio institucional de la UNLP la RAAB logró
aprovechar distintos recursos que facilitaron el circuito editorial y
ofrecieron grandes ventajas frente a los procesos de indexación.
Para el año 2013, Carnese
y Pucciarelli estaban muy próximos a su retiro y durante las Onceavas Jornadas
Nacionales de Antropología Biológica, realizadas en la ciudad de Buenos Aires,
se aprobó en la Asamblea de socios un estatuto que establecía un mecanismo de
renovación de editores (Asociación de Antropología Biológica Argentina, Libro
de Actas, 2013). Se establecía allí que la RAAB debía ser dirigida por dos
personas asociadas a la AABA, cuyo mandato duraría cuatro años y podría
renovarse un período. Para esto, la comisión directiva de la AABA abriría una
convocatoria y cada dupla debía presentar una propuesta de gestión, que sería
evaluada por la Comisión Directiva de la asociación.
El ingreso al circuito mainstream
Ya en 2014 y al cabo de 18
años de gestión, sus editores jefes se despedían con una nota editorial donde
mencionaban los portales a los que se había incorporado la RAAB y se anunciaba
también el inminente ingreso al Scientific Electronic Library Online (SciELO),
portal electrónico que aseguraría visibilidad y acceso universal a la
literatura científica (Carnese y Pucciarelli, Nota Editorial, 2014). La
visibilidad de la producción local –argentina y latinoamericana– y de habla
hispana y la visibilidad de la RAAB como espacio en el que no solo los
investigadores hispanoparlantes enviaran sus trabajos estaban entre los
principales motivos para promover la inclusión de la revista en bibliotecas
electrónicas y prestigiosas. El ingreso a SciELO se produjo en 2014, mientras
se renovaban los editores/as jefes/as. SciELO tenía el requisito de publicar
dos números por año, con periodicidad semestral, y que, como mínimo, cada
número contara con cinco artículos (entre trabajos originales, revisiones y
notas técnicas) y, efectivamente, ese año se publicaron dos números. Contar con
diez artículos al año era una exigencia importante, dado que semejante cifra
solo había sido alcanzada en seis volúmenes de los 15 publicados hasta el
momento. En aquella nota de despedida, conscientes de los cambios, los editores
salientes se dirigían a la comunidad de autores, convocando a “contribuir con
sus publicaciones para cumplir con este requerimiento y lo más importante,
superar este nuevo desafío” (Carnese y Pucciarelli, Nota Editorial, 2014: 51).
Aquel año la RAAB
comenzaba a ser dirigida por Graciela Bailliet y Marina Sardi. Entre sus
medidas de gestión, aprobadas por la Asamblea de la AABA realizada en
Corrientes en 2015 (Asociación de Antropología Biológica Argentina, Libro de
Actas, 2015), se interrumpió la publicación de versiones impresas, para
concentrarse en publicar sus artículos únicamente de forma on-line en su
página web (https://revistas.unlp.edu.ar/raab/about; última consulta: 25/04/24). En una nota
editorial se presentaba el plan de gestión, en el que se ratificaba que la
permanencia de la RAAB en el portal SciELO exigía el cumplimiento de ciertos
requisitos que creaban “las condiciones necesarias para el ingreso a otros de
mayor jerarquía” (Sardi y Bailliet, Nota Editorial, 2015: 3), para lo cual se
requería ampliar el número de trabajos en evaluación y el número de autores por
fuera del ámbito de la AABA, lo cual era difícil en una comunidad pequeña como
la de antropología biológica. Uno de los principales objetivos de esta nueva
gestión era dar a conocer a la RAAB en distintos ámbitos y ampliar la audiencia
hacia investigadores de otras disciplinas y profesionales de la gestión pública
y privada y hacia grupos de investigación que trasciendan los límites de la
AABA y de Argentina (Sardi y Bailliet, Nota Editorial, 2015). Las estrategias
para esto eran varias, pero, sobre todo, enviar periódicamente convocatorias
para publicar a través de medios electrónicos a investigadores y sociedades
científicas, promover la publicación de dossiers temáticos, incorporar editores
asociados pertenecientes a diferentes subdisciplinas (e.g. de la
antropología social e historia de la antropología) y, en ocasión de realizarse
simposios, talleres, o congresos de áreas disciplinares afines, presentar a la
RAAB como ámbito propicio para publicar. Además, para incrementar el número de
trabajos y cumplir con los requisitos de los portales electrónicos, fue
necesario ajustar los tiempos de revisión de los artículos (es decir, desde el
envío hasta su aceptación), a fin de garantizar una evaluación de excelencia,
pero en períodos relativamente breves. Al ser un indicador de competitividad
para la revista, esto representó un nuevo desafío en las dinámicas de trabajo y
un aumento en las exigencias para los editores asociados y los revisores.
El otro objetivo principal
era incluirla en nuevas y mejores bibliotecas electrónicas; o sea que se
convirtiera en una revista indexada en repositorios de carácter internacional.
Las estrategias para esto fueron mantener la periodicidad de dos números por
año e incorporar un mínimo de 33% de editores asociados que no fuesen socios de
la AABA y que, preferentemente, realizaran sus investigaciones en áreas
disciplinares afines y/o que trabajaran en otros países (Sardi y Bailliet, Nota
Editorial, 2015).
La exigencia de
exogeneidad, tanto de autores como evaluadores, era crucial y compartida
por numerosas bibliotecas electrónicas[7]
e índices de mayor impacto, y resulta incompatible con las características de
un house organ. A la vez, representaba una tensión en la trayectoria de
la revista, dado que el aporte de los grupos de trabajo que dirigían tanto
Carnese como Pucciarelli y su red de colaboradores había sido fundamental para
sostener a la RAAB durante casi 20 años. Había una tensión, además, con lo
propuesto por el Committee on
Publication Ethics (COPE) respecto del conflicto de intereses, ya que los
directores de la revista o los miembros de la Asociación (es decir, la
editorial) evaluaban a autores de la misma asociación y, más aún, no podían
tomar decisiones respecto de un trabajo del cual eran coautores.
En un informe presentado
ante la asamblea de socios de la AABA, mientras se desarrollaban las Duodécimas
Jornadas Nacionales de Antropología Biológica en la ciudad de Corrientes,
Bailliet y Sardi comunicaban que durante 2014 y 2015 se había renovado el equipo
de editores asociados y que el 60% no eran miembros de la AABA; que del total
de trabajos en revisión, más del 60% de los autores no pertenecían a la AABA y
otro tanto ocurría con los revisores externos. Se anunciaba también que se
estaban creando las condiciones para lograr indexaciones más importantes, que
los artículos habían comenzado a contar con un Digital Object Identifier (DOI) y que se había
comenzado a realizar el control antiplagio. Para ese momento ya era necesario
desplazar todo el proceso de revisión, aceptación y publicación a través de la
plataforma de la UNLP, que venía funcionando con el programa Open Journal System
(OJS). De hecho, tener una página en la que se declarase la política editorial,
las normas para envíos, la política de secciones que se publicarían (artículos
originales, revisiones, comentarios de libro, notas técnicas, etc.), el espacio
para declarar conflicto de intereses y normas éticas, entre otras, era un
requisito para incorporarse a bases de datos de mayor jerarquía. El Portal de
Revistas Científicas de la UNLP, donde desde hacía unos años se publicaba cada
nuevo número, aportó el espacio y se incluyeron todos los trabajos desde el
primer volumen.
Estos cambios implicaron
la necesidad de recibir asistencia en el manejo de OJS, por lo cual se
tercerizaron muchas tareas que se realizaban con dicho programa y que para los
colegas antropólogos que colaboraban en el trabajo de edición eran inaccesibles.
Esto ha implicado una erogación importante de gastos, por lo cual la decisión
fue consultada y aprobada en la asamblea de la AABA, realizada en Corrientes en
2015 (Asociación de Antropología Biológica Argentina, Libro de Actas, 2015).
Todos los cambios
favorecieron la incorporación de la RAAB a la Red de Revistas Científicas de
América Latina y el Caribe, España y Portugal (REdALyC) en el año 2015. En el
año 2020, luego de haber realizado algunos ajustes respecto del envío de
trabajos, de las declaratorias sobre aspectos éticos y de conflicto de
intereses, se incorporó a la base de datos Scopus de la editorial Elsevier. Es
decir que luego de estos años la RAAB ya circulaba por el resto de los
circuitos que plantean Beigel y Salatino (2015): los distintos circuitos de
acceso abierto tanto transnacionales como regionales, y los de “corriente
principal o mainstream”.
En 2022 la Asociación
sustanció la designación de Angelina García y Lumila Menéndez como nuevas
editoras jefas de la RAAB (https://asociacionantropologiabiologicaargentina.org.ar/2022/08/25/nuevas-editoras-en-jefe-de-la-raab/; última consulta: 25/04/24), cumpliendo con el
objetivo institucional establecido en 2013 de mantener un mecanismo de
renovación de editores. Entre los objetivos de la nueva gestión se encuentran
los siguientes ejes: “1- visibilidad e impacto de la Revista Argentina de
Antropología Biológica; 2- internacionalización de lectores, autores y equipo
editorial” (García y Menéndez, Nota Editorial, 2023: 1). Reconociendo el
desarrollo y crecimiento que tuvo la revista, se propuso dar continuidad a todo
el trabajo realizado por las gestiones anteriores, y mantener y profundizar las
políticas de indexación mediante el ingreso a nuevos repositorios (García y
Menéndez, Nota Editorial, 2023). En línea con esto, en diciembre de 2023 se
anunció uno de los primeros cambios de esta nueva etapa de la RAAB: la
modificación a modalidad de publicación continua, a implementarse a partir del
primer volumen de 2024 (https://x.com/RAAB_RArgAntBio/status/1737926291901272401; última consulta: 25/04/24).[8]
Discusión
Sobre las razones del proceso de indexación
La decisión de indexar a
la RAAB en diferentes repositorios y especialmente en aquellos internacionales
pertenecientes al circuito mainstream presenta diversos aspectos para
analizar. En primer lugar, el ingreso a portales regionales como primera
instancia (e.g. LATINDEX y SciELO) se encuentra en consonancia con una
situación generalizada en nuestro país. Según lo observado por Salatino (2019),
la mayoría (más del 69%) de las revistas científicas argentinas se encuentran
indexadas en portales regionales como son LATINDEX, SciELO y/o RedALyC. Es
interesante que, si bien es sabido que los distintos repositorios no son
homogéneos y tanto la decisión como el proceso de ingreso en los mismos poseen
implicancias diferentes (Salatino, 2019), en el caso de la RAAB, los requisitos
asociados al ingreso a SciELO, un portal de carácter regional, facilitaron la
posterior indexación en otros portales globales del circuito mainstream.
Por otro lado, las
características propias de la disciplina pueden jugar un rol importante. Por
ejemplo, según Salatino (2019), de las revistas argentinas indexadas en la
corriente principal (o circuito mainstream) el porcentaje más alto
corresponde a aquellas de ciencias médicas, naturales y exactas, mientras que
las de ciencias sociales y humanidades tienen mayor representación en portales
regionales. Sin profundizar en los debates sobre la mirada holística de la
antropología y qué tan integradas o aisladas se encuentran sus subdisciplinas
(ver, por ejemplo, Cabana et al., 2022) podemos ver a la antropología
biológica como una disciplina “de frontera” entre las ciencias naturales y las
sociales. Entendemos que las características compartidas con las ciencias
biomédicas y biológicas pueden ser una de las razones del interés de la RAAB
por ingresar al circuito mainstream.
Uno de los aspectos
vinculados a las características disciplinares tiene que ver con la forma y los
criterios mediante los cuales son evaluados los investigadores miembros de la
AABA y potenciales autores de la RAAB. Las políticas científicas evalúan el rendimiento
de instituciones e investigadores principalmente a través de criterios
cuantitativos en torno de los papers, como ser la cantidad y en qué
revistas fueron publicados (basándose en índices o rankings que resumen
distintos caracteres métricos asociados a las revistas).[9]
En Argentina esta lógica se instaló primeramente y con mayor fuerza en las
áreas de ciencias naturales mientras que ha sido más resistida en las ciencias
sociales y humanas. Dada esa situación, es esperable que investigadores que
eventualmente podían ser evaluados en áreas de ciencias naturales (como es el
caso de la comunidad de antropología biológica) muestren mayor preocupación por
los índices de las revistas. En línea con esto, vale mencionar que si a inicios
de la década de 1990 publicar en revistas extranjeras era infrecuente y
reservado para pocos equipos de investigación, veinte años después el panorama
era diferente. Dado el crecimiento de la disciplina y las dinámicas de
globalización de (algunos) circuitos científicos, muchos miembros de la AABA
publican en inglés en revistas internacionales, haciendo “riesgosa” una
apuesta por publicar en revistas no mainstream. Por lo tanto, la
indexación de la RAAB en distintos portales, y principalmente aquellos
pertenecientes al circuito mainstream, representa un beneficio para los
autores puesto que, en determinados ámbitos, mejora la puntuación que pueden
recibir al ser evaluados en base a sus artículos publicados allí. Al mismo
tiempo, y por las mismas razones, la indexación vuelve a la revista más atractiva
tanto para los miembros de la comunidad local de antropología biológica como de
otras comunidades, incrementando las contribuciones recibidas y, por lo tanto,
las posibilidades de permanencia en esos circuitos de indexación. En este
sentido, idealmente la indexación permite el funcionamiento de la revista bajo
un sistema que se retroalimenta: está indexada, por lo tanto, es atractiva y
recibe más contribuciones, y así puede mantener su condición. El correcto
funcionamiento de este sistema le permite a la RAAB –además de exigirle, entre
otras condiciones mencionadas– independizarse de la contribución constante de
artículos cuyos autores son mayormente socios de la AABA. Pero, además,
garantiza que la revista pueda “devolver el favor” a su comunidad de origen,
asegurando que haya un beneficio para los autores por publicar en la RAAB, más
allá del interés en mantener su continuidad (volveremos sobre esto más
adelante).
Sobre los posibilitantes del proceso de indexación
Un aspecto decisivo en
relación con la capacidad de ingresar a los distintos repositorios y circuitos
de indexación tiene que ver con las características del trabajo editorial. La
RAAB, como tantas otras revistas de nuestro país y de la región (e.g.
Balbi, 2023; Benedetti, 2023; Ferreira, 2020; entre otros), fue y continúa
siendo gestionada por el trabajo no remunerado y no profesionalizado de colegas
que voluntariamente toman esa responsabilidad. Las exigencias de los
repositorios virtuales, incluso de aquellos que no pertenecen a la corriente mainstream,
dificultan y complejizan aún más una tarea ya de por sí exigente y escasamente
reconocida que, tal como menciona Balbi (2023), no otorga rédito económico
directo y solo parcialmente en términos curriculares, puesto que el trabajo
editorial no suele ser considerado por los organismos evaluadores, si bien
exige capacitación. Es posible, sin embargo, postular un “rédito indirecto” o
“beneficio colectivo” ya que, en línea con lo mencionado anteriormente, la
participación en la gestión de la revista consolida, amplía e institucionaliza
a la propia disciplina.
Además de la importancia
de estas colaboraciones para el crecimiento de la RAAB, gran parte de este
éxito se relaciona al hecho de encontrarse en confluencia con una universidad
pública: la Universidad Nacional de La Plata. Según Salatino (2019), esto forma
parte de una tendencia a nivel país en la que las universidades se erigen como
el principal actor en la edición científica, restándole protagonismo a las
asociaciones científicas y academias profesionales. Tal como mencionan Balbi
(2023) y Salatino (2019), el ámbito de las universidades fue ventajoso para el
desarrollo y mantenimiento de muchas revistas de nuestro país, pero es
importante destacar que, en el caso de la RAAB, no le ha restado protagonismo a
la Asociación. Como ya se mencionó, para la RAAB el repositorio institucional
de la UNLP (SeDiCI) permitió la incorporación y, por lo tanto, preservación de
todos los volúmenes publicados en formato digital, así como la posibilidad de
contar con una plataforma virtual para gestionar los procesos de envío y
revisión, entre otros recursos. Estas herramientas, que favorecieron los
distintos procesos de indexación, requirieron de la tercerización del manejo y
mantenimiento de ciertas tecnologías mediante servicios técnicos especializados
adquiridos a través de fondos de la AABA. De esta manera, la indexación de
revistas como la RAAB se encuentra vinculada al grado de profesionalización
que, en mayor o menor medida, pueda adoptar.
Sobre las consecuencias de la indexación en el circuito “mainstream”
La RAAB se inició y se
consolidó gracias al esfuerzo y dedicación de muchos de los colegas de la
antropología biológica en nuestro país (y también de países limítrofes como
Uruguay) y, en este sentido, compartió y comparte muchas características que
son comunes a revistas científicas latinoamericanas que se encuentran (o
encontraron durante décadas) por fuera del denominado “circuito mainstream”.
Como se mencionó anteriormente, la revista surgió y se mantiene hasta la
actualidad por el trabajo no remunerado de sus directores y editores a lo largo
de los años. La nota editorial del volumen correspondiente al vigésimo
aniversario de la RAAB celebra y reconoce el rol de autores, revisores y
editores, entre muchos otros, teniendo en cuenta, además, los diferentes
contextos sociales, políticos y económicos que ha atravesado nuestro país,
“algunos de los cuales afectaron severamente a las instituciones académicas y
científicas” (Sardi et al., Nota Editorial, 2016: 3).
Además de todo el trabajo
editorial involucrado en el desarrollo y continuidad de una publicación
periódica, en el caso de revistas científicas como la RAAB, la contribución de
los autores se vuelve un factor clave. Si bien es evidente que la RAAB no es la
única revista en la cual publican sus artículos quienes trabajan en la
disciplina en nuestro país o quienes forman parte de la AABA en particular,
podemos afirmar que la gran mayoría (si no todos sus miembros) han publicado al
menos una vez algún trabajo en la RAAB. De esta manera entendemos que la forma
en la cual se fueron constituyendo las coautorías en la RAAB (Spairani, 2021)
entre los distintos autores participantes refleja no solamente modalidades de
trabajo disciplinar, sino que también refleja la valoración de la revista por
parte de la comunidad que hace uso de ella y las estrategias en relación a
contribuir con su mantenimiento. Además, como se mencionó anteriormente, la
gran mayoría (si no todos los autores) que publicaron en la RAAB durante sus
inicios y sus primeros 20 años de consolidación cumplían también roles
editoriales y de revisión o, al menos, pertenecían a la comunidad de
antropología biológica de nuestro país (y más específicamente a la AABA). En
este sentido, cobra relevancia analizar los usos y sentidos que los miembros de
esta comunidad hemos dado a la RAAB y al hecho de enviar un artículo para su
publicación en esta revista.
Chavarro et al. (2017) discuten los presupuestos que indican que en las revistas por fuera del circuito mainstream, como fue la RAAB, se publican artículos de “baja calidad científica” o que son utilizadas como “última opción” cuando los trabajos han sido rechazados en otras revistas. En cambio, identificaron que aquellas revistas que no pertenecen al circuito mainstream cumplen roles importantes dentro de la comunidad científica que las usa, entre los que se encuentran:
1) ofrecer un espacio para la iniciación en la publicación;
2) proveer una conexión entre artículos publicados en revistas del circuito mainstream y artículos leídos por comunidades que poseen acceso limitado a dicho circuito; y
3) publicar temas que no son cubiertos por las revistas mainstream. (Chavarro et al ., 2017: 1666; traducción propia)
Consideramos que la RAAB
ha sido una herramienta que se inició y se consolidó cumpliendo todos esos
roles en nuestra comunidad. Muchos autores hemos tenido nuestras primeras
experiencias de publicación en la revista al comienzo de nuestra formación en
la investigación, siendo tesistas e incluso estudiantes. La RAAB, además,
constituyó un espacio donde publicar artículos de temáticas o alcances
“locales” (o regionales) que, si bien cumplen criterios de rigurosidad
científica, aportan datos novedosos y atienden problemáticas relevantes, muchas
veces no encuentran fácilmente su lugar en revistas del circuito mainstream por,
al menos en parte, diferencias de interés entre las comunidades académicas
centrales y las de las periferias.[10]
A esos motivos se le suma
que la decisión de publicar en la RAAB tiene que ver también con un interés y
una intención genuina, como miembros de la comunidad, de colaborar con su
desarrollo y continuidad. Hemos visto, en efecto, cómo en sus primeros años son
los mismos integrantes del equipo editorial quienes publican la mayor cantidad
de artículos, y consideramos que este apoyo se trasladó en sus años de
consolidación (y posiblemente hasta la actualidad) a todos los miembros de la
comunidad de antropología biológica en nuestro país y países limítrofes.
En este punto cabe
preguntarse acerca de las consecuencias del ingreso de la RAAB a los
repositorios del circuito mainstream, no solamente en términos de costos
y beneficios para la revista y para quienes publican en ella (que han sido
mencionados anteriormente), sino principalmente con relación a los roles que
cumple en nuestra comunidad. Es necesario remarcar que el ingreso de una
revista a uno o varios de los repositorios de la “corriente principal” no
implica cambios sustanciales de manera inmediata. Más aún, Lariviere et al.
(2015) muestran que el cambio entre editoriales (por ejemplo, pasar de una
editorial chica a una empresarial como Elsevier, Wiley, etc.) no produce un
fuerte cambio en el impacto de la revista (medido en tasa de citación) con
respecto a su situación anterior. En el caso de la RAAB, desde el 2020, año en
que ingresó a Scopus, no hubo un cambio en la cantidad de trabajos publicados,[11] y se mantuvo también
relativamente constante la cantidad de trabajos rechazados.[12]
Sin ánimos de entrar en la discusión acerca de las distintas métricas e índices
con los cuales suelen clasificarse las revistas,[13]
podemos problematizar otros elementos valorativos. A pesar de que la RAAB se
encuentre en Scopus, por ejemplo, puede pensarse que aún ocupa un nicho
diferente a las revistas que circulan exclusivamente dentro del circuito
principal. Una de las razones para pensar esto es que no abandonó la
publicación en idioma español ni (en relación a ello) su pertenencia a los
circuitos regionales de acceso abierto.
Sin embargo, a pesar de
esta coexistencia de tradiciones o circuitos en los que se encuentra la RAAB,
considerando las condiciones de permanencia ya mencionadas (sobre todo en los
de la corriente mainstream), el hecho de que la revista ya no pueda
depender exclusivamente de las publicaciones que envíen los miembros de la
pequeña comunidad de antropología biológica local probablemente implicará que
cambien los roles que mantenía en otras épocas. Si se continúan las políticas
de indexación para aumentar la visibilidad e impacto de la revista, se abren
interrogantes respecto a, por ejemplo, qué efectos tendrá sobre las capacidades
de la RAAB para continuar cubriendo aquellos roles usualmente relacionados con
las revistas no mainstream (Chavarro et al., 2017). En este
sentido puede plantearse si será necesario que la RAAB desarrolle herramientas
para seguir ofreciendo un espacio para la iniciación en la publicación (por
ejemplo, a través de secciones especiales que cubran esos tipos de trabajos,
tales como avances de investigación, monografías o tesis de grado, o ponencias
que surjan de la realización de jornadas específicas para investigadores
jóvenes),[14] así como para la
publicación de temáticas locales o que no son cubiertas por otras revistas del
circuito mainstream (teniendo aquí la obligación de restringir la
cantidad de autores pertenecientes a la AABA).
Conclusiones: ¿alcanza con indexar para no perecer?
En este trabajo hemos
realizado un recorrido sobre la trayectoria de la Revista Argentina de Antropología Biológica,
destacando algunas particularidades, principalmente asociadas a las dinámicas
al interior de la disciplina, pero también ciertas características compartidas
con otras revistas de nuestro país y de la región. En particular, retomando
nuestro punto de partida, un factor común a destacar son las diversas tensiones
que se generan en el desarrollo y consolidación de las revistas locales frente
a las exigencias de los sistemas editoriales globales (e.g. Balbi,
2023).
En el caso de la RAAB se
han puesto en tensión las dinámicas internas con condicionantes y requisitos
externos. El hecho de ser una revista oficial surgida en el seno de una
asociación científica, que normalmente cuenta con un reducido número de
miembros, que han requerido de espacios específicos –de antropología biológica–
para publicar sus producciones, la han hecho en sus primeras etapas dependiente
del trabajo y la contribución de los socios de la AABA. Los primeros editores
jefes eran investigadores de renombre, que contaban con un grupo de trabajo
numeroso y sus miembros colaboraban no solo en la gestión editorial, sino
también en calidad de autores. Las exigencias del sistema científico y la
centralidad de los papers como indicadores de producción de conocimiento
motivaron cambios en la periodicidad de la revista, el proceso de revisión por
pares y la estandarización de muchos aspectos del flujo de trabajo que hacen a
la transparencia de la política editorial, pero también a la visibilidad de los
trabajos. Las tensiones involucradas implicaron la necesidad de limitar la
participación como autores de quienes dirigían la RAAB y de involucrar
investigadores externos a la AABA en calidad de revisores, editores y autores,
muchos de los cuales tal vez nunca habían publicado en la RAAB, ni participado
de jornadas de la AABA, lo cual implicaba otros desafíos.
El rol de los socios de la
AABA continuó siendo fundamental, por otro lado, en las tareas de edición,
planificación, diseño, corrección de manuscritos, entre otros, que exige cada
vez más nuevos aprendizajes. Pero esto entra también en tensión, ya que contrasta
con el poco reconocimiento que dichas tareas tienen en las evaluaciones de los
investigadores, quienes al mismo tiempo deben seguir cumpliendo con las labores
y exigencias de sus trabajos de investigación a tiempo completo. Si bien este
sistema está lejos de ser el ideal, es moneda corriente en las revistas del
país y la región (e.g. Balbi, 2023; Benedetti, 2023; Ferreira, 2020) y,
como a la RAAB, les ha permitido su funcionamiento a lo largo de más de 30
años. Cabe aquí destacar también el entramado de instituciones públicas
necesarias para mantener una editorial sin fines de lucro. Hemos visto para el
caso de la RAAB y, según Salatino (2019), para la mayoría de las revistas de
nuestro país, la enorme ventaja de contar con el apoyo de universidades nacionales
como la UNLP, facilitando herramientas para asegurar el funcionamiento on-line
de la revista, fundamental para su éxito y continuidad. A la asociación
científica y la universidad pública se le suma el Centro Argentino de
Información Científica y Tecnológica (CAICYT) de CONICET, un organismo público
descentralizado que ha dado soporte, capacitación y apoyo a distintos proyectos
editoriales (y que fue fundamental para otras publicaciones, como indican
Ferrero et al. [2023]).
Finalmente, el ingreso y
permanencia de la RAAB en los repositorios del denominado circuito mainstream
plantea una serie de interrogantes respecto de posibles cambios en los roles
que cumple para nuestra comunidad y los “nichos” que puede ocupar en el sistema
global. Hemos visto que si bien pertenece a los repositorios de la denominada
corriente principal, la RAAB no ha dejado de pertenecer a los otros circuitos
y, más aún, mantiene su estatus de acceso abierto diamante. La comunidad local
de antropología biológica nucleada en la Asociación, en confluencia con el
soporte por parte de instituciones públicas (como la UNLP), ha sido la clave
para el desarrollo y mantenimiento de la revista, no solamente de manera
fundamental durante sus inicios, sino también actualmente mediante el costeo de
los gastos necesarios para su funcionamiento editorial. En un contexto en el
cual las grandes editoriales con fines de lucro concentran la mayor visibilidad
e interés público, y donde la calidad de las revistas se resume casi
exclusivamente a métricas e indexaciones, sumamos nuestra reflexión a las
miradas (e.g. Ferrero et al., 2023; Khanna et al., 2022)
que plantean que las revistas que circulan por otros circuitos constituyen una
alternativa real, y que ya se encuentra funcionando, frente a las controversias
que surgen en torno al sistema hegemónico de publicaciones científicas (e.g.
Guédon, 2011). A partir del análisis de la trayectoria de la RAAB, concluimos
que si bien la revista estuvo confrontada al desafío de indexarse o perecer,
gran parte de su continuidad o su “no perecer” no se relaciona tanto con la
indexación en la corriente mainstream, sino con el esfuerzo colaborativo
e institucional y la pertenencia a redes regionales que, mayormente desde las
periferias, continúan desafiando las lógicas predominantes.
Agradecimientos
Agradecemos a María
Cristina Muñe, María Fernanda Torres, Lumila Menéndez, Sergio Avena y Cristina
Dejean por haber aportado sus testimonios que ayudaron a reconstruir la
trayectoria de la RAAB. A la comisión directiva de la AABA, en particular a su
presidenta Mariana Fabra, a la tesorera Linda Miguez y a Rocío García Mancuso
(miembro de la comisión anterior) por su gran ayuda brindando información
referente a los libros de actas. Algunas ideas y resultados preliminares de
este trabajo fueron presentados en las XVI Jornadas Nacionales de Antropología
Biológica en la ciudad de Córdoba; agradecemos los comentarios y devoluciones
recibidos.
MGR, FDFR y MLS son
miembros de la Carrera de Investigador Científico y Tecnológico de CONICET.
Este trabajo contó con el apoyo financiero de la Fundación Científica Felipe
Fiorellino, la Fundación de Historia Natural Félix de Azara y la Universidad
Nacional de La Plata.
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[1] Durante la redacción de este artículo se
reinauguró en la Universidad Nacional de Mar del Plata la Licenciatura en
Antropología que cuenta con una orientación específica en Bioantropología.
[2] Actualmente denominada American Journal of
Biological Anthropology.
[3] La única excepción corresponde a un personal
no docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA que trabajó como
secretaria de la Sección de Antropología Biológica y como tal colaboró en el
maquetado del primer número y figura en el Comité Editorial (Avena,
comunicación personal 2024).
[4] Una red de coautoría es una herramienta de
análisis bibliométrico que permite visualizar gráficamente las conexiones entre
distintos autores (comúnmente “nodos” en la red) a través de los trabajos que
realizaron en colaboración (“aristas” que conectan los nodos). De esta manera,
es posible analizar las dinámicas de publicación y colaboración de la comunidad
de autores involucrados identificando cantidad de artículos, temáticas
abordadas, comunidades de autores y grupos de investigación, así como los cambios
producidos en esas dinámicas a lo largo del tiempo.
[5] Balbi (2023) también destaca “la perspectiva
teórico-metodológica relativamente compartida” entre los autores de un house
organ. Qué tan compartida es la perspectiva teórico-metodológica en una
disciplina con la comentada diversidad es un tema que excede al objetivo de
este trabajo.
[6] La ley Nº 26899 insta a los organismos e
instituciones de ciencia, tecnología e innovación del país a desarrollar
repositorios digitales de acceso abierto, con el fin de depositar la producción
científico-tecnológica de sus trabajadores.
[7] Por ejemplo, actualmente el portal RedALyC (Red de Revistas
Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal) tiene como uno de
sus “Criterios básicos de Admisión” a la “Exogeneidad de publicación”,
requiriendo que “Al menos el 70% de los trabajos científicos publicados en cada
número son colaboraciones ajenas a la institución editora (con al menos un
autor ajeno a la institución)”.
[8] En efecto, el Vol. 26 Núm. 1 (2024) se publicó
el 29 de diciembre de 2023 con un artículo en la categoría de trabajos
originales y la nota editorial donde se presenta la nueva modalidad (Menéndez y
Plischuk, Nota Editorial, 2024).
[9] Por ejemplo, Scimago Journal Ranking ()
condensa una serie de métricas para cada revista indexada en Scopus.
[10] Una de las diferencias de intereses entre
“centro” y “periferia” se relaciona con la escala de análisis. Aquellos
trabajos realizados en contextos periféricos que, aunque analicen muestras o
individuos de origen local, tengan como objetivo un alcance a escala
continental (como, por ejemplo, el estudio del poblamiento humano de América)
tienen mayores posibilidades de aceptación dentro del circuito mainstream.
[11] Entre 2014 y 2020 se publicaron entre 10 y 15
trabajos entre artículos originales, revisiones y notas técnicas (2014 y 2015:
10 artículos cada uno, 2016 y 2017: 15 cada uno, 2018: 13, 2019: 14, 2020: 13).
Entre 2021 (año de ingreso a Scopus) y 2023, se publicaron entre 13 y 15 (2021:
15, 2022 y 2023: 13 cada uno).
[12] Muchos trabajos rechazados lo son porque
tratan temas por fuera del alcance de la revista o porque no cumplen con normas
editoriales. Otros trabajos son rechazados luego de la revisión por pares.
[13] Para discusiones respecto a las métricas de
evaluación referir, por ejemplo, a Vélez Cuartas et al. (2022).
[14] Siguiendo el ejemplo de las Jornadas de
Jóvenes Investigadores en Ciencias Antropológicas que organiza el Instituto
Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), cuyos trabajos
han sido publicados como capítulos de libro (distintas ediciones de Entre
Pasados y Presentes. Estudios Contemporáneos en Ciencias Antropológicas) o
en la revista Cuadernos Series Especiales del INAPL.