Presentamos esta nueva entrega de Ucronías con mucha satisfacción, en un contexto de amenazas concretas a toda noción de previsibilidad, continuidad y desarrollo del trabajo científico. Una crisis de dimensiones inéditas se desplaza en medio de un escenario donde la política pública aparece desvanecida, atacada y sometida a acusaciones insostenibles. De manera abrupta, presupuestos, salarios y la legitimidad misma del sistema científico se encuentran puestos en cuestión a la par de los valores democráticos que preservan la noción de igualdad, inclusión y derechos. Editamos nuestra revista mientras asistimos a un espectáculo de oscurantismo “‘premoderno”’ sin precedentes. Desde el campo intelectual se suceden debates y prima una sensación de incredulidad, por momentos de parálisis y asombro frente a lo que transcurre como la versión oficial de una administración que desconoce y en forma explícita desprecia el conocimiento y la soberanía científica, cultural y tecnológica. Tal vez por primera vez enfrentamos una crisis de estas características, y producir conocimiento y difundirlo es una forma de resistencia.